Imaginen que la Tierra es una batería gigante que ha dejado de descargarse. Durante la semana del 3 al 9 de septiembre de 2025 vimos a qué conduce esto: un deslizamiento récord en Francia, el tifón Hagibis en Japón, granizo del tamaño de un huevo en Rusia y 466 000 rayos en solo dos días en los desiertos de Australia. Pero lo más alarmante no son las catástrofes en sí, sino su causa.
Los científicos alertan: la atmósfera prácticamente ha dejado de liberar energía al espacio y ahora solo la acumula. Antes, la energía térmica pasaba desde las entrañas del planeta al océano, luego a la atmósfera y finalmente al espacio, funcionando como un reloj preciso. Hoy este proceso está alterado. La energía que debería escapar queda “atrapada” en la atmósfera, convirtiéndola en un gigantesco condensador.
Esto fue lo que ocurrió la semana pasada:
En Francia, en Sixt Fer-à-Cheval, se produjo un deslizamiento récord de 40 000 metros cúbicos, algo raro incluso para esta región propensa a derrumbes.
En Japón, el tifón Hagibis dejó lluvias de hasta 120 mm/h en la prefectura de Shizuoka, y un tornado de categoría 3 deformó estructuras de acero en los edificios.
En el norte de la India continuaron las inundaciones devastadoras, que desde el inicio de la temporada de monzones ya se han cobrado la vida de más de 500 personas e inundado 2000 aldeas.
En los desiertos australianos se registraron 466 000 rayos en 36 horas, en una región donde septiembre suele ser un mes seco.
Lo más inusual es el aumento de la energía eléctrica en la atmósfera. En la India, en 5 años, la cantidad de rayos se multiplicó por 4 (de 5,17 millones a 20 millones de descargas anuales). Y en los desiertos australianos, donde en septiembre las tormentas son raras, ocurrió un estallido de rayos que superó en decenas de veces la norma mensual.
Los científicos de la revista Atmospheric Chemistry and Physics advierten: con cada grado de calentamiento, la frecuencia de sprites (enormes estructuras luminosas a 80 km de altura) aumenta un 14 %. No se trata solo de un fenómeno hermoso, sino de un síntoma de un creciente desequilibrio energético.
Comparte este video con quienes todavía creen que “el clima simplemente se volvió extraño”. El conocimiento salva vidas: no permitas que la verdad quede fuera de cuadro.
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