M7.8 en Kamchatka: conexión geodinámica con la pluma Siberiana

28 septiembre 2025

Esta semana: inundaciones en Bali, granizo en Pekín, sequía en Corea del Sur, un tornado en Colombia y un nuevo golpe en Kamchatka.

Esta semana la naturaleza dio la alarma en todo el mundo.

Inundaciones masivas en Bali: templos sumergidos, turistas evacuados en barcas. Según los datos del 14 de septiembre, la inundación se cobró la vida de 17 personas.

Lluvias récord en Tokio: 134 mm en una sola hora. La gente huía del agua, que subía a una velocidad comparable a la de un tsunami.

Granizo del tamaño de un huevo de gallina cayó sobre Pekín: los coches quedaron abollados, las calles cubiertas de hielo.

En Corea del Sur se registra una sequía récord. El embalse de Obong descendió hasta el 11,5% de su capacidad. Los habitantes recibían agua sólo 2 horas al día. Los agricultores pierden sus cosechas. La ciudad movilizó camiones de bomberos y cisternas militares, ¡incluso un barco de la guardia costera!

¿Un tornado en Colombia? Sí, es real. Un torbellino anómalo destrozó una plaza de toros. Antes, los tornados eran inexistentes en Colombia: el primero de la historia del país solo se registró en 2001.

En Turquía, una tormenta repentina arrancó tejados. En Argelia y Túnez, granizo del tamaño de una nuez dañó las cosechas.

Aunque los sismólogos pensaban que el terremoto de magnitud 7.4 ocurrido el 13 de septiembre cerca de Kamchatka era el principal y que después la actividad sísmica comenzaría a disminuir, se equivocaron: la naturaleza asestó un nuevo y aún más fuerte golpe. El 19 de septiembre un terremoto de magnitud 7.8 se produjo en el océano Pacífico, frente a la costa oriental de la península de Kamchatka. Las casas se sacudieron con fuerza, se desprendía yeso de las paredes y en algunos edificios aparecieron grietas. La gente salía corriendo a la calle en ropa de casa.

Aunque los sismólogos se encuentran en un callejón sin salida e intentan entender por qué la actual actividad de réplicas no encaja en ninguno de los modelos conocidos, lo que ocurre en Kamchatka es un proceso natural, de una escala mucho mayor. Confirma claramente el modelo científico desarrollado por los investigadores del Movimiento Internacional ALLATRA.

La pluma magmática Siberiana es una corriente de magma sobrecalentado, cuya zona de influencia es comparable al tamaño de Australia. La presión de la pluma se extiende mucho más allá de Siberia y puede provocar potentes terremotos a miles de kilómetros.

Este proceso funciona como un gigantesco pistón hidráulico: el magma presiona la litosfera. La plataforma Siberiana es antigua y rígida; no se dobla ni se rompe en el centro, sino que transmite la tensión hacia los bordes de la placa Euroasiática. Allí se concentra y se manifiesta en forma de los llamados efectos de borde.

Por eso, la serie de potentes terremotos en Kamchatka no es una liberación de tensión, sino una “salida de vapor” temporal. El sistema sigue acumulando presión, lo que indica el inicio de una nueva y más intensa fase de cambios geodinámicos en el planeta.

Ahora la humanidad se enfrenta a una elección: seguir ignorando los hechos o aceptar la verdad y actuar de manera coordinada. La elección depende de cada uno de nosotros.

Nuestras conclusiones se basan en años de investigación del grupo científico internacional ALLATRA y en datos presentados en informes disponibles en academia.edu y en el sitio earthsavesciencecollaborative.com.
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