Resumen de los desastres climáticos en el planeta del 12 al 18 de noviembre de 2025
El mundo que nos rodea está cambiando más rápido de lo que podemos comprender. Lo que antes parecía una aventura y un reto para uno mismo, hoy puede convertirse en un riesgo mortal. A continuación, conocerás los acontecimientos más extremos de la semana del 12 al 18 de noviembre de 2025 y a lo que tendremos que renunciar en un futuro próximo.
Italia
Del 14 al 17 de noviembre, el norte de Italia se vio afectado por condiciones meteorológicas extremas. Los daños más graves se produjeron en las regiones de Liguria, Toscana y Friuli-Venecia Julia.
La naturaleza fue especialmente violenta en Liguria. En el puerto de la ciudad de Génova, un potente tornado volcó contenedores de carga como si fueran juguetes.
Un tornado destructivo volcó coches en las calles de Génova, en la región italiana de Liguria
A lo largo de la costa, entre los distritos de Voltri y Sestri Ponente, una microexplosión dañó edificios y arrancó árboles. Uno de ellos bloqueó por completo el funcionamiento del funicular de Sant'Anna. En el distrito de Pegli, el derrumbe de un muro provocó cortes de gas y electricidad.
En la parte alta de Génova, en pocas horas cayeron unos 240 mm de precipitación. Como resultado, el río Fegino se desbordó, inundando los pasos subterráneos y dañando la infraestructura de transporte.
En la región de la Toscana, fuertes tormentas eléctricas provocaron inundaciones a gran escala en las provincias de Pisa, Livorno, Lucca, Pistoia, Prato y Florencia.
El 17 de noviembre, en Friuli-Venecia Julia, entre las ciudades de Palmanova y Gorizia, las estaciones meteorológicas registraron lo equivalente a casi un mes y medio de precipitaciones en solo 6 horas – 152 mm (la media mensual normal para noviembre es de 104 mm).
Las lluvias torrenciales provocaron inundaciones a gran escala en el pueblo de Versa, provincia de Gorizia, región de Friuli-Venecia Julia, Italia
Las consecuencias fueron trágicas. En el municipio de Cormons, un deslizamiento de tierra destruyó tres viviendas y causó la muerte de dos personas. En la localidad de Versa, el desbordamiento del río Torre hizo que tuvieran que evacuar a unos 300 residentes. Se declaró el estado de emergencia en la región.
Tormenta Claudia
Un vasto sistema de bajas presiones que ya había traído frío y nevadas tempranas a Canadá y Estados Unidos a principios de noviembre cruzó el Atlántico y llegó a Europa. El servicio meteorológico español bautizó esta tormenta con el nombre de Claudia.
El 11 de noviembre, cayeron hasta 150 mm de precipitación en 24 horas en la región española de Galicia, las calles se convirtieron en torrentes embravecidos y los ríos locales comenzaron a desbordarse rápidamente.
La tormenta Claudia provocó inundaciones en las calles de ciudades españolas
El 14 de noviembre, el aire cálido y húmedo chocó con una masa de aire frío sobre las zonas más septentrionales de Europa, formando una banda de lluvia que se extendía desde el oeste de Irlanda hasta Rusia.
La tormenta azotó Portugal con una fuerza devastadora.
En la localidad de Fernão Ferro, cerca de Lisboa, el agua irrumpió por la noche en la casa de una pareja de ancianos; trágicamente, no lograron escapar y fallecieron. En el distrito de Faro, las fuertes lluvias y los fuertes vientos con ráfagas de hasta 112 km/h provocaron la caída de numerosos árboles y cortes de electricidad.
En la parroquia civil de Azeitão, en el municipio de Setúbal, un deslizamiento de tierra provocó el derrumbe de una carretera, bloqueando completamente el tráfico en ambos sentidos.
Consecuencias de la tormenta Claudia en Portugal, en la localidad de Azeitão, municipio de Setúbal,
una carretera se derrumbó tras un deslizamiento de tierra
El episodio más dramático ocurrió en Albufeira (región del Algarve), una popular ciudad turística del sur de Portugal. Allí se formó un tornado que azotó el restaurante de un hotel por la mañana, justo cuando varias docenas de personas estaban desayunando. Como resultado, 28 personas resultaron heridas, entre ellas seis niños de entre dos meses y siete años; cuatro personas fueron hospitalizadas con heridas graves.
El vórtice también arrasó un campamento. Una mujer que estaba de vacaciones en una casa rodante perdió la vida. El 15 de noviembre, otro tornado afectó al municipio de Silves, dejando a dos personas sin hogar.
Según la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil (ANEPC), se registraron un total de 3363 incidentes relacionados con el clima en todo el país.
Tras llegar al Reino Unido, la tormenta Claudia provocó graves inundaciones en Inglaterra y Gales.
Inundaciones en el Reino Unido tras el paso de la tormenta Claudia
En la ciudad de Monmouth, cayeron casi 120 mm de lluvia durante la noche, más que el promedio mensual. El río Monnow rompió las defensas contra inundaciones y el 16 de noviembre, los residentes se despertaron y encontraron gran parte de la ciudad bajo el agua.
Se emitieron decenas de alertas por inundaciones en toda Inglaterra y en el sur se cerraron líneas ferroviarias debido a la caída de árboles y al aumento del nivel del agua.
En Irlanda, los condados de Wexford y Laois se vieron especialmente afectados. Los ríos se desbordaron e inundaron viviendas y negocios. Según ESB Networks, unas 5000 personas se quedaron sin electricidad.
En Francia, la tormenta Claudia provocó temperaturas inusualmente altas para esta época del año, debido a la entrada de aire subtropical, las temperaturas en el suroeste del país subieron hasta casi 30 °C, estableciendo un nuevo récord para noviembre.
Arabia Saudita
A partir del 12 de noviembre, una serie de fuertes tormentas azotaron gran parte de Arabia Saudita.
Según el Ministerio de Medio Ambiente, Agua y Agricultura, el 16 de noviembre, 49 estaciones de monitoreo registraron precipitaciones: llovió en Medina, La Meca, Riad, Al-Qassim, la Provincia Oriental, Al-Bahah, Asir y otras zonas. Se declaró el nivel rojo de alto peligro en varias regiones.
Zonas inundadas en Arabia Saudita tras fuertes lluvias torrenciales
Las zonas costeras se vieron especialmente afectadas, donde la velocidad del viento alcanzó los 50 km/h y las olas llegaron a alcanzar los 2.5 m.
La mayor cantidad de precipitaciones se registró en la estación de Sabt Al-Jarah, en la ciudad de Al-Qunfudhah, región de La Meca, cayeron más de 32.2 mm en 24 horas, desde las 9:00 del 15 de noviembre hasta las 9:00 del 16 de noviembre. Potentes corrientes de lodo cubrieron las calles. El agua bloqueó el tráfico y obligó a los conductores a abandonar sus vehículos. En las carreteras, los camiones pesados tuvieron dificultades para circular debido a los fuertes vientos y las lluvias torrenciales.
El 16 de noviembre, en la estación Al-Raknah de Al Muwayh, un asentamiento con un clima extremadamente árido donde la precipitación media anual es de solo unos 30 mm, el 80 % de las precipitaciones anuales cayeron en un solo día, 24.2 mm.
En la provincia de Medina, la tormenta azotó la ciudad industrial de Yanbu, uno de los centros petroquímicos y de refinería de petróleo más grandes del mundo. La tormenta dañó varias torres de líneas de transmisión de alta tensión, lo que interrumpió el funcionamiento de la red eléctrica.
La tormenta derribó torres de líneas de transmisión eléctrica en la ciudad industrial de Yanbu, provincia de Medina, Arabia Saudita
Indonesia
El 13 de noviembre, tras unas lluvias torrenciales, se produjo un gran deslizamiento de tierra en la aldea de Cibeunying, en la regencia de Cilacap, provincia de Java Central, que provocó un hundimiento del terreno de hasta 2 m y la formación de una grieta de 25 m de longitud.
Decenas de casas quedaron sepultadas bajo capas de tierra, ocho de ellas derrumbándose por completo. La zona afectada abarcaba unas 6.5 hectáreas. Las carreteras locales también quedaron bloqueadas, lo que complicó el acceso a la zona del desastre.
Un total de 520 especialistas y 19 perros de rescate participaron en la operación de búsqueda y rescate. En algunos lugares, el espesor de los escombros del deslizamiento de tierra alcanzó los 8 m, lo que requirió el uso de 21 excavadoras. Las labores de rescate se vieron gravemente obstaculizadas por las fuertes lluvias y los vientos huracanados.
Operaciones de búsqueda y rescate en la aldea de Cibeunying, donde un potente deslizamiento de tierra sepultó viviendas residenciales,
en la regencia de Cilacap, provincia de Java Central, Indonesia
Hasta el 17 de noviembre, la tragedia se había cobrado la vida de 16 personas, mientras que otras 7 siguen desaparecidas.
Oriente Medio
El 13 de noviembre, una tormenta azotó Israel, poniendo fin al comienzo de noviembre, que había sido excepcionalmente cálido y seco. Las ciudades del norte del país se vieron afectadas por aguaceros con truenos y relámpagos, torrentes de agua inundaron las calles y en algunas zonas cayó granizo.
Una rara tromba marina arrasó la zona de la playa de Palmachim, mientras que en el asentamiento de Binyamina-Giv'at Ada un rayo incendió un árbol.
Por la noche, las precipitaciones se intensificaron: a lo largo de la costa, desde la ciudad de Hadera hasta Ashkelon, cayeron 61 mm de lluvia en solo una hora y media, y las calles se inundaron rápidamente. En Tel Aviv, una persona resbaló en un balcón mojado y fue hospitalizada en estado moderado. En Jerusalén, los fuertes vientos derribaron árboles y en el aeropuerto Ben Gurión las fuertes lluvias provocaron retrasos en los vuelos.
Calles inundadas en Israel tras lluvias torrenciales: coches medio sumergidos en el agua
En la mañana del 14 de noviembre, la tormenta ya había azotado todo el país. El servicio meteorológico advirtió del riesgo de inundaciones repentinas y el Ministerio de Salud restringió temporalmente el nado debido a la posible contaminación del mar por aguas residuales.
El mismo sistema meteorológico provocó consecuencias devastadoras en la Franja de Gaza. La noche del 14 de noviembre, las fuertes lluvias inundaron los campamentos superpoblados para personas desplazadas. Las carreteras se convirtieron en torrentes embravecidos y dentro de las tiendas de campaña, el nivel del agua superó los 10 cm. Las familias que vivían bajo techos de lona se despertaron y encontraron sus camas flotando en el barro.
Años de guerra han destruido los sistemas de abastecimiento de agua y alcantarillado y junto con la lluvia, en los campamentos se vertieron las aguas residuales y desechos. Los servicios municipales recibían cientos de llamadas por hora, pero no podían hacer casi nada, ya que los recursos se habían agotado. Muchas tiendas de campaña se derrumbaron bajo el peso de la lluvia; la gente pasó toda la noche tratando de reforzarlas, sacar el agua de las tiendas y salvar las pertenencias que les quedaban.
Tras las fuertes lluvias en la Franja de Gaza, los campamentos para personas desplazadas se inundaron
La tormenta en Gaza se convirtió en una catástrofe humanitaria y esto es solo el comienzo de la temporada invernal.
Sudamérica
El 17 de noviembre, un ciclón extratropical azotó la Patagonia, provocando varias situaciones de emergencia simultáneas en Argentina, Chile y los países vecinos.
La Patagonia es una vasta región geográfica situada en el sur de Sudamérica, dentro de los territorios de Argentina y Chile.
En la ciudad de Comodoro Rivadavia, la tormenta superó todo aquello que los residentes locales, acostumbrados a los fuertes vientos, consideraban como «normal». Oficialmente, se registraron ráfagas de viento de hasta 150 km/h. El viento arrancó árboles, destrozó tejados, dañó edificios y derribó líneas eléctricas. La ciudad se quedó sin agua; las instituciones cerraron, se cancelaron los vuelos y los equipos de reparación trabajaron al límite de su capacidad.
En los yacimientos petrolíferos de Cerro Dragón, los instrumentos de medición registraron durante un largo periodo velocidades de viento increíbles de 312 km/h, con ráfagas que alcanzan hasta 352 km/h.
Las secuelas del ciclón extratropical se extendieron mucho más allá de la Patagonia. Generó un fenómeno sin precedentes en cuanto a su intensidad y magnitud.
Los fuertes vientos levantaron enormes cantidades de partículas sólidas finas de los suelos áridos de la Patagonia, formando una enorme nube de polvo que se desplazó por el este de Argentina, llegó a Uruguay y se extendió hasta la costa del estado brasileño de Rio Grande do Sul.
Una nube de polvo anómala procedente de la Patagonia cubrió Argentina
Normalmente, el polvo y el humo llegan aquí desde el norte, casi todos los años arrastrados por los vientos procedentes de los incendios forestales de Brasil.
La llegada de una nube de polvo procedente del sur es un fenómeno sin precedentes. El ciclón provocó una tragedia en las montañas del sur de Chile. En el Parque Nacional Torres del Paine, el temporal azotó el aislado campamento Los Perros, al que solo se puede llegar tras una caminata de cuatro a cinco horas desde el último punto accesible en transporte.
El Parque Nacional Torres del Paine, uno de los lugares más famosos de Chile, se encuentra entre los Andes y la estepa patagónica. Durante la temporada 2024-2025, recibió la visita de unas 380,000 personas, entre ellas muchos turistas extranjeros atraídos por sus senderos, lagos, glaciares y montañas.
Un grupo de turistas que ascendía por el paso John Gardner se vio atrapado por una fuerte nevada, con visibilidad casi nula y vientos de hasta 200 km/h. Los equipos de rescate trabajaron en condiciones extremadamente difíciles, pero solo cuatro personas fueron encontradas con vida. Lamentablemente, cinco personas perdieron la vida.
Esta tragedia no es solo una noticia aterradora. Muestra claramente cómo ha cambiado el mundo que nos rodea.
Las formas extremas de recreación se consideraban antes un reto personal, una forma de poner a prueba los propios límites y salir de lo conocido. Inspirar a algunos, impresionar a otros y hacer que muchos quieran repetir la experiencia.
El clima está cambiando mucho más rápido de lo que estamos acostumbrados a pensar y esto ya no es retórica abstracta, sino riesgos muy reales. La circulación atmosférica se ha vuelto impredecible: los sistemas de tormentas se forman casi de la nada, e incluso los pronósticos a muy corto plazo, que antes eran lo suficientemente fiables como para que los grupos turísticos confiaran en ellos, fallan cada vez más.
En lugares donde no se habían producido deslizamientos de tierra durante décadas, ahora ocurren de forma repentina. Las temperaturas fluctúan bruscamente, la visibilidad disminuye y muchas señales naturales familiares en las que las personas con experiencia habían confiado toda su vida ya no funcionan.
Como resultado, no solo sufren quienes realizan excursiones extremas. Los equipos de rescate también corren peligro, personas que se adentran en las zonas más peligrosas porque saben que deben ayudar, pero en tales condiciones, a veces ni siquiera ellos pueden llegar a tiempo debido al riesgo excesivamente alto para sus propias vidas.
Es importante recordar que cada uno de nosotros es responsable del ejemplo que damos a los demás. A veces, la imitación surge simplemente del deseo de «ser como esos tipos geniales» y precisamente aquellos que dan ese ejemplo son los que tienen la responsabilidad.
De esto se deriva inevitablemente una sencilla conclusión: hoy en día, el turismo extremo ya no es una forma de sentir adrenalina o de demostrarse a uno mismo que se es capaz de hacer más. Se ha convertido en un juego con apuestas demasiado altas.
No pretendemos desanimar a nadie a la hora de perseguir sus sueños. Solo proponemos ver la realidad tal y como es hoy en día. En las condiciones climáticas actuales, cada excursión, cada ascenso arriesgado, cada ruta acuática extrema ya no es lo que solíamos considerar normal. La experiencia previa, incluso la más exitosa, ya no es garantía de seguridad. Para perder la vida, basta con un solo momento imprevisto.
Esto se puede explicar con una sencilla metáfora: imagina a una persona a la que le encanta bailar. Es su alegría, su vida. Pero un día se rompe una pierna. Durante un tiempo, bailar simplemente le resulta imposible, no porque haya empeorado, sino porque su cuerpo necesita recuperarse. Lo mismo ocurre con nuestro planeta, algunos procesos que antes funcionaban como un reloj ahora se han visto alterados. Y hay cosas a las que vale la pena renunciar temporalmente, a pesar del deseo de seguir haciéndolas.
Esto no es una prohibición ni un juicio. Es un llamamiento a reconocer los cambios y a cuidar de nosotros mismos y de los demás. La vida humana es lo más valioso que hay y es más importante que cualquier cima conquistada.
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