Miles de millones de personas viven detrás de un telón informativo; no saben nada de la situación climática real del planeta ni de lo que le espera a la humanidad en un futuro próximo.
En este episodio, levantaremos el telón de las estadísticas: cómo las anomalías se convierten en la "norma" y por qué eso deja a tanta gente engañada.
Lee el resumen de las catástrofes climáticas de la semana pasada del 13 al 19 de agosto de 2025 y ten a mano una calculadora: haremos recuento de las cifras que suelen quedar entre bastidores.
Desde el 14 de agosto, el norte y el noroeste de Pakistán se han visto afectados por catastróficas inundaciones causadas por las lluvias monzónicas.
La más afectada fue la provincia de Khyber Pakhtunkhwa. Los distritos de Buner, Bajaur, Swat, Shangla, Mansehra y Battagram fueron declarados zonas catastróficas. En el distrito de Buner cayeron más de 100 mm de lluvia en sólo una hora.
Poderosos torrentes de agua con barro y enormes rocas se precipitaron desde las montañas. La catástrofe destruyó más de diez pueblos, dañó carreteras y arrastró vehículos. La inundación fue tan repentina que la gente no tuvo tiempo de salir de sus casas. Según los residentes locales, nunca antes habían visto algo así.
El 15 de agosto, en el pueblo de Kadar Nagar, una casa en la que se preparaba una boda fue arrasada por el agua. Como consecuencia de la tragedia, murieron 28 personas.
Una inundación catastrófica destruye casas en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, Pakistán
Más de 3500 turistas fueron evacuados, y docenas han desaparecido.
Debido a los daños en las carreteras, decenas de pueblos quedaron aislados del mundo exterior, y los equipos de rescate tuvieron que llegar a pie a algunas zonas afectadas. Se desplegaron unos 2000 rescatistas.
El 16 de agosto, un helicóptero de rescate que llevaba ayuda humanitaria a la zona de la catástrofe se estrelló. Murieron las cinco personas que iban a bordo.
Debido a las fuertes lluvias e inundaciones en la región, 780 casas resultaron dañadas, casi la mitad de ellas completamente destruidas. Hasta el 19 de agosto, la catástrofe se había cobrado la vida de al menos 358 personas, y más de 180 habían resultado heridas.
Las intensas lluvias también provocaron graves inundaciones en Jammu y Cachemira, bajo control administrativo de India.
El 15 de agosto, en el remoto pueblo himalayo de Chosoti (distrito de Kishtwar), situado en la ruta hacia el templo de Machail Mata, se produjo una tragedia.
Secuelas de graves inundaciones en Jammu y Cachemira, bajo control administrativo de la India
Un fuerte torrente arrasó de repente una cocina comunitaria con 200 peregrinos. Al menos 60 de ellos murieron, y se da por desaparecidos a unos 80.
El 16 de agosto, unas repentinas inundaciones en dos pueblos del distrito de Kathua causaron la muerte de al menos siete personas, y otras cinco resultaron heridas.
El 17 de agosto a las 6:30 HL, en la provincia de Sulawesi Central, se produjo un fuerte terremoto de magnitud 5,8. El epicentro se situó en la bahía de Tomini, a 13 km de la ciudad de Poso. El epicentro se situó en la bahía de Tomini, a 13 km de la ciudad de Poso. El hipocentro se situó a 10 km de profundidad.
Las sacudidas se sintieron en la ciudad de Palu (capital de la provincia de Sulawesi Central) y en los distritos de Poso y Morowali.
Los temblores, que duraron unos 15 segundos, sembraron el pánico entre los residentes, que se apresuraron a abandonar sus casas por temor al derrumbe de los edificios. Decenas de pacientes del hospital estatal de Poso tuvieron que ser evacuados y alojados temporalmente en tiendas de campaña en el recinto del hospital.
En nueve aldeas se derrumbaron al menos 66 edificios: viviendas, escuelas, oficinas, y se interrumpió el suministro eléctrico. La iglesia de la comunidad Elim Masani, en el pueblo de Masani (distrito de Poso Pesisir, regencia de Poso), resultó especialmente afectada: durante un servicio religioso matutino, paredes y vigas se desplomaron sobre los fieles; 12 personas resultaron heridas y fueron hospitalizadas; una mujer murió más tarde en el hospital.
Edificio destruido tras el terremoto de magnitud 5,8 en la provincia de Sulawesi Central, Indonesia
En total, 41 personas resultaron heridas, diez de ellas en estado grave.
En 24 horas se registraron 57 réplicas con magnitudes de hasta 4,3, por lo que muchos residentes no se atrevieron a volver a casa y permanecieron fuera.
“Erin” entró en la historia del Atlántico como uno de los huracanes tropicales más potentes y de más rápida intensificación. El 15 de agosto era una tormenta ordinaria, y sólo 25 horas después se convirtió en un monstruo de categoría 5 con vientos de casi 260 km/h. También fue inusual que apareciera en agosto, mientras que huracanes tan fuertes suelen formarse en el pico de la temporada, en septiembre.
Potente huracán tropical “Erin” formado en el Atlántico
Aunque las islas del Caribe evitaron el impacto directo de la tormenta, el 16 de agosto su periferia trajo lluvias torrenciales y vientos racheados a Puerto Rico y las Islas Vírgenes Británicas. En la isla de Tórtola se registraron al menos 220 mm de precipitaciones.
En Puerto Rico, más de 150 000 personas se quedaron sin electricidad, y las autoridades locales advirtieron de peligrosas inundaciones y deslizamientos de tierra.
Al día siguiente, el tamaño del huracán empezó a aumentar rápidamente, convirtiendo el sistema en un gigante. Para el 19 de agosto, los vientos huracanados se extendían 130 km desde el centro, y los vientos con fuerza de tormenta hasta 370 km.
En Estados Unidos, se declaró el estado de emergencia con evacuación obligatoria en el condado de Dare, Carolina del Norte, donde se encuentran los centros turísticos costeros de la estrecha cadena de islas. En la isla de Hatteras se anunció la evacuación obligatoria.
El huracán “Erin” destruye un edificio en Carolina del Norte, EE. UU.
Las potentes olas y las mortales corrientes de resaca provocaron decenas de operaciones de rescate.
A mediados de agosto, en uno de los asentamientos más septentrionales de Rusia, en el pueblo de Khatanga en Taimyr (distrito de Dolgano-Nenets, Región de Krasnoyarsk), se registró una temperatura anormalmente alta, que superó la media diaria normal en 5-11 °C.
El 18 de agosto se batió aquí un récord diario: +26,8 °C, casi 13 °C por encima de la norma y 2 °C más que la anterior máxima de 1983.
Récord de calor registrado en el pueblo de Khatanga, Región de Krasnoyarsk, Rusia
Estas no fueron las únicas anomalías de temperatura en Siberia.
Récords de calor en la ciudad de Norilsk: 8 de agosto Tmáx = +26,5 °C, 9 de agosto Tmáx = +27,2 °C, 10 de agosto Tmáx = +27,1 °C (80,8 °F), 15 de agosto Tmáx = +24,5 °C.
Y en el archipiélago de Novaya Zemlya, el 9 de agosto, los termómetros subieron hasta +25,4 °C. En la estación polar de Malye Karmakuly, en la región de Arkhangelsk, se batieron récords diarios de calor durante 6 días consecutivos: 8 de agosto Tmáx = +21,9 °C, 9 de agosto Tmáx = +25,4 °C, 10 de agosto Tmáx = +23,6 °C, 11 de agosto Tmáx = +22,6 °C, 12 de agosto Tmáx = +21,5 °C, 13 de agosto Tmáx = +19,3 °C.
En el sur de Siberia occidental, el panorama fue el contrario: las temperaturas se mantuvieron por debajo de lo normal en casi 5 °C. Por ejemplo, en Kemerovo ese mismo día sólo se registraron +17,7 °C.
Estos contrastes de temperatura “invertidos” son cada vez más frecuentes y anómalos.
La noche del 15 de agosto, el sur de Guadalajara, en el estado de Jalisco, se convirtió en el epicentro de un desastre natural. Primero, una corta pero increíblemente poderosa granizada azotó el municipio de Tlaquepaque, que en sólo 15 minutos paralizó la vida de la ciudad. El granizo fue tan intenso que en algunos lugares su grosor alcanzó un metro, cubriendo completamente calles y coches aparcados.
Una enorme capa de granizo cubrió las calles de Guadalajara, Estado de Jalisco, México
Las principales rutas de transporte se convirtieron instantáneamente en ríos helados intransitables. Decenas de conductores quedaron atrapados, sin poder moverse, y muchos se vieron obligados a abandonar sus vehículos dañados: parabrisas destrozados, carrocerías abolladas.
La situación empeoró catastróficamente con un aguacero: en el municipio de Zapopan, el nivel del agua en el paso a desnivel sobre la carretera a Nogales subió hasta 2 m, colapsando estructuras y paralizando el tráfico. Y en la carretera Tototlán - Zapotlanejo, ocurrió un derrumbe. En las zonas residenciales de Lomas del Tapatío y Santa María Tequepexpan, el agua se metió a las casas. Montones de granizo bloquearon las puertas de entrada, haciendo imposible salir al exterior.
Los comercios locales sufrieron enormes pérdidas por los daños sufridos y los cierres forzosos. Mientras tanto, los niños construían muñecos de nieve.
El 16 de agosto a las 9:49 HL en el asentamiento de Kilkivan, Queensland, se produjo el terremoto interior más fuerte de los últimos 50 años en la región. Tuvo una magnitud de 5,6 grados. El hipocentro se situó a 10 km de profundidad.
Los temblores se sintieron a cientos de kilómetros del epicentro: desde la ciudad de Cairns, Queensland, hasta la ciudad de Wollongong, Nueva Gales del Sur.
Este suceso fue impactante para los residentes de Queensland, donde los terremotos fuertes son tan raros que mucha gente no se dio cuenta inmediatamente de lo que estaba ocurriendo.
No se registraron destrucciones graves, pero sí pequeñas grietas en las casas.
Unas 13 000 viviendas y tres hospitales se quedaron sin electricidad después de que unos sensores desconectaran automáticamente partes de la red.
La compañía ferroviaria Queensland Rail redujo la velocidad de los trenes para comprobar el estado de las vías.
El 13 de agosto, el tifón Podul, llamado Yangliu por el Observatorio Meteorológico Chino, tocó tierra en la costa de la isla de Taiwán, en el condado de Taitung, con vientos de más de 190 km/h.
Las rachas de viento más fuertes provocaron un incidente de aviación: un Boeing de carga que volaba de Hong Kong a Taipei golpeó la pista durante el aterrizaje y sufrió daños en el fuselaje.
El tifón trajo lluvias torrenciales a la isla: en 24 horas, en el sur, el condado de Pingtung recibió 440 mm de precipitaciones, y en las montañas, hasta 700 mm.
El agua subió rápidamente, anegando tierras de cultivo y provocando inundaciones y deslizamientos de tierra. Al menos 7000 personas fueron evacuadas y se cerraron escuelas, oficinas y empresas. El sistema eléctrico no resistió el impacto: casi 300 000 hogares se quedaron sin electricidad.
Las lluvias torrenciales causadas por el tifón Podul inundaron las tierras de cultivo de la isla de Taiwán
La isla de Taiwán quedó temporalmente aislada del mundo exterior: se cancelaron 252 vuelos nacionales y 129 internacionales, y se suspendieron decenas de rutas marítimas.
Hasta el 15 de agosto, se daba por desaparecido a un hombre que había sido arrastrado por las olas mientras pescaba y otras 143 personas habían resultado heridas.
En la noche del 14 de agosto, Podul, ya degradado a tormenta tropical severa, golpeó la costa de la provincia china de Fujian y se desplazó hacia el interior. A pesar de debilitarse, provocó fuertes aguaceros en el sureste del país. En el condado de Beihai, provincia de Guangxi, se registraron casi 300 mm de precipitaciones. En la provincia de Guangdong se evacuó a más de 106 000 personas, se cerraron lugares turísticos, se suspendieron líneas de ferry y se desviaron 150 trenes.
Calles inundadas tras el tifón Podul, China
Lo que diferenció al tifón Podul fue la velocidad de su desplazamiento por tierra: alcanzó los 45 km/h, frente a una media de unos 20 km/h.
El incendio forestal en el municipio de Molesuelas de la Carballeda, provincia de Zamora, que comenzó el 10 de agosto se convirtió en el mayor del país desde el inicio de los registros oficiales en 1968.
El 15 de agosto habían ardido 36 500 hectáreas.
Las llamas destruyeron vehículos y viviendas, aunque aún no se ha determinado el número exacto. Unas 7800 personas se vieron obligadas a evacuar.
Catastróficas consecuencias de los incendios forestales en el municipio de Molesuelas de la Carballeda, provincia de Zamora, España
El fuego inutilizó líneas eléctricas, sistemas de riego y maquinaria agrícola. 11000 hectáreas de campos, olivares y viñedos se convirtieron en cenizas.
En la región afectada, el incendio paralizó el transporte: 14 carreteras fueron cerradas y se suspendió el servicio de trenes de alta velocidad entre Madrid y Galicia.
Abejera, en la provincia de Zamora quedó literalmente convertida en un “pueblo fantasma” por el fuego.
Más de 1300 personas y cientos de vehículos participaron en la lucha contra la catástrofe.
Por desgracia, la catástrofe se cobró la vida de tres personas. Al menos otras seis sufrieron heridas graves, incluidas quemaduras e intoxicación por humo.
El verano caluroso y seco en el país volvió a crear la llamada regla de los treinta: cuando la temperatura supera los 30 °C, la humedad es inferior al 30% y la velocidad del viento es superior a 30 km/h. En tales condiciones, incluso los pequeños puntos de ignición crecen instantáneamente hasta convertirse en incendios incontrolables.
Como consecuencia, la superficie quemada por el fuego en España es ya más de 4 veces superior al valor medio.
Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), en 2025 ya habrán ardido 348.238 ha, frente a la media de 2006-2024 de 79.570,11 ha.
Durante la semana pasada, Portugal vivió uno de los momentos más críticos de la actual temporada de incendios forestales.
Hasta el 19 de agosto había 70 incendios en el país. Más de 3900 especialistas y 1300 equipos participaron en su extinción. Debido a la magnitud y velocidad de propagación del fuego, también se desplegó el ejército.
Extinción en helicóptero de focos de incendios forestales en Portugal
Como consecuencia de los incendios, han muerto tres personas.
A menos que una persona siga activamente los informes sobre el clima extremo y las catástrofes, a menudo ni siquiera sabe lo que está ocurriendo en un país vecino. Todo lo que ven es lo que hay fuera de su propia ventana: “Bueno, quizá sea un poco peor que el año pasado, o peor comparado con hace dos años”.
Mientras tanto, diversas fuentes de información insisten en que lo que estamos viviendo es “normal”. Pero la definición de “normal" cambia con el tiempo, lo que hace que los acontecimientos inusuales dejen de parecer anomalías. La gente empieza a verlos como parte de un ciclo natural y se tranquiliza.
Tomemos como ejemplo los incendios forestales. La superficie quemada anual media y el número de incendios suelen compararse con una “media de 10-20 años”. Pero aquí está el truco: no se trata de una línea de base fija que muestre claramente cuánto está empeorando la situación.
Como este periodo se actualiza cada año, la línea de base incluye valores anormalmente altos de los últimos años, que a su vez “suben el listón” del valor medio, y la diferencia ya no parece tan significativa. Así es como funciona un sencillo mecanismo de suavización de la imagen de cataclismos crecientes.
Veamos un ejemplo. Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), la superficie media de incendios forestales en la UE durante el periodo de diez años comprendido entre 2006 y 2015 fue de 256.702 ha. El territorio quemado por el fuego en el año en curso, del 1 de enero al 19 de agosto, es de 1.015.024 ha, casi 4 veces mayor.
Pero el valor medio actual de 2006 a 2024, 354.628 ha, ya incluye las cifras extremas de los últimos años, cuando los incendios aumentaron rápidamente.
Y con una comparación similar de este valor medio, 354.628 ha, con la cifra del 1 de enero al 19 de agosto de 2025, 1.015.024 ha, obtenemos una diferencia de 2,9 veces.
Mediante simples manipulaciones matemáticas, la desviación de la norma ha disminuido en 100.000 ha.
Formalmente, aquí no hay falsificación directa de datos: todas las cifras son correctas. Pero como muy poca gente se fija realmente en esto, todo parece estar “dentro de la normalidad”.
Y detrás de esto hay bosques quemados, animales muertos, casas destruidas y, lo que es más importante, vidas humanas perdidas.
Lo mismo puede observarse con los datos de otros fenómenos naturales: inundaciones, temperaturas, tornados, terremotos.
Queríamos mostrar, a través de estos ejemplos, cómo la realidad del cambio climático se suaviza en la percepción pública.
Por eso es tan importante investigar uno mismo lo que está ocurriendo. Una vez que la gente empieza a ver el panorama real, se da cuenta de que los desastres se están extendiendo por todo el mundo a un ritmo alarmante, y puede compartir esa verdad con los demás. Una información honesta y fiable no sólo es valiosa, sino esencial para mantener la mente despejada ante la crisis climática.
Puede ver la versión en vídeo de este artículo aquí:
Dejar un comentario