Inundaciones masivas en la isla de Bali.
Lluvias torrenciales sin precedentes en Tokio y Pekín.
La sequía más grave en Corea del Sur desde que se tienen registros.
Pero el golpe principal vino de la pluma siberiana, cuyo poder se sintió en Kamchatka.
Más información sobre estos y otros fenómenos climáticos de la semana pasada, del 10 al 16 de septiembre de 2025, en el siguiente resumen.
El 10 de septiembre, la isla de Bali, uno de los destinos turísticos más populares de Indonesia, se vio afectada por las peores inundaciones en décadas.
Calles inundadas y edificios destruidos, las secuelas de las catastróficas inundaciones en Bali, Indonesia
Seis de los ocho distritos de la provincia de Bali, así como la capital, Denpasar, se vieron afectados por el desastre.
Tras las lluvias torrenciales, los ríos se desbordaron e inundaron calles, viviendas, templos y zonas turísticas. Se restringió el acceso al Aeropuerto Internacional Ngurah Rai, el principal centro de transporte para los viajeros que llegan a Bali.
Los deslizamientos de tierra bloquearon carreteras y destruyeron puentes.
Las personas que quedaron varadas de camino al aeropuerto fueron transportadas por el ejército en barcos y camiones.
En Denpasar, dos edificios se derrumbaron y, en algunas zonas, el nivel del agua alcanzó la cintura de un adulto. Hoteles, bancos, centros de oficinas e incluso hospitales fueron cerrados.
En un mercado, la primera planta estaba completamente inundada, mientras que la segunda estaba cubierta por una gruesa capa de barro.
Debido a los cortes de electricidad, el hospital regional utilizó generadores para mantener en funcionamiento los quirófanos.
En el complejo turístico de Kertalangu, el agua llegó hasta los techos y hubo que rescatar a los niños a través de los áticos.
Las playas y los lugares emblemáticos más populares quedaron sepultados bajo los escombros. Muchos turistas fueron evacuados. Las autoridades declararon el estado de emergencia en la isla.
Hasta el 14 de septiembre, al menos 17 personas habían fallecido a causa de las inundaciones y otras 5 habían sido dadas por desaparecidas.
El 10 de septiembre, el este de Argelia y el noroeste de Túnez se vieron afectados por una fuerte tormenta. En cuestión de minutos, una tranquila tarde se convirtió en un caos, el cielo se oscureció, las nubes se acumularon y grandes granizos golpearon el suelo.
En la provincia Argelina de Tébessa, el granizo rompió ventanas y dañó tejados.
Los conductores se vieron obligados a detenerse al romperse los parabrisas. Cuatro personas resultaron heridas y fueron trasladadas al hospital.
Granizo de gran tamaño azotó la provincia de Tébessa, Argelia
En Túnez, las provincias de El Kef y Kairuán se vieron afectadas: granizos del tamaño de nueces causaron daños importantes a olivos y árboles frutales, y también afectaron a los vehículos.
En los últimos tiempos, se han registrado cada vez con mayor frecuencia casos de intensificación repentina del viento: ráfagas abruptas, microexplosiones, tornados y otros fenómenos anómalos se están convirtiendo en una amenaza constante para las personas.
Así, en la tarde del 11 de septiembre, en la provincia turca de Ağrı, la aldea de Tezeren se vio afectada por una tormenta repentina. En cuestión de minutos, el cielo se oscureció, el viento se intensificó bruscamente, arrancando los tejados de la mayoría de las casas y reduciendo algunos edificios a escombros: el 80 % de todas las estructuras de la aldea resultaron dañadas por la tormenta.
Una tormenta repentina destruyó casas en el pueblo de Tezeren, provincia de Ağrı, Turquía
Los residentes se quedaron sin hogar y tuvieron que buscar refugio temporal con familiares o vecinos.
El 14 de septiembre se produjo un incidente en el aeropuerto de Cracovia-Balice: un avión de pasajeros de Enter Air no pudo detenerse durante el aterrizaje y se salió de la pista.
Según la aerolínea, la causa fue la lluvia intensa: una gran acumulación de agua en la pista impidió el frenado normal y provocó que el avión derrapara sin control. La evacuación se llevó a cabo rápidamente y, afortunadamente, ninguno de los pasajeros ni de la tripulación resultó gravemente herido.
El bloqueo de la única pista del aeropuerto paralizó completamente las operaciones, y hubo que traer equipo especial desde la República Checa para despejarla.
El 14 de septiembre, un tornado anormal arrasó la ciudad de San Ángel, en el departamento de Magdalena.
El torbellino azotó una plaza de toros, esparciendo estructuras de madera y metal. La gente huyó presa del pánico, buscando refugio desesperadamente. Afortunadamente, no hubo víctimas.
Un potente tornado destruyó una plaza de toros en San Ángel, departamento de Magdalena, Colombia
Cabe señalar que los tornados eran algo desconocido en Colombia, el primer caso registrado oficialmente se produjo en 2001, en la ciudad de Soledad, departamento del Atlántico.
El 11 de septiembre, unas lluvias torrenciales sin precedentes azotaron Tokio y la vecina prefectura de Kanagawa, provocando inundaciones masivas y paralizando la vida en la metrópoli.
La intensidad de las precipitaciones batió todos los récords históricos. La cifra más alta se registró en el distrito Meguro de Tokio, donde en solo una hora cayeron 134 mm. En los distritos de Setagaya y Ota (aeropuerto de Haneda), la precipitación por hora alcanzó los niveles más altos desde el comienzo de observaciones: 92 mm y 88.5 mm respectivamente.
En el distrito comercial de Midorigaoka, el agua en las carreteras alcanzó los 20 cm. Un empleado de una tienda informó que el agua inundó el local en cuestión de segundos, cortó la electricidad y causó daños sin precedentes en los 50 años de historia de la tienda. Los residentes de los apartamentos de las plantas bajas fueron los más afectados, muchos no pudieron abrir sus puertas debido a la presión del agua exterior y en un apartamento inundado, seis niños quedaron atrapados. Afortunadamente, fueron rescatados.
Tokio bajo el embate de la naturaleza: lluvias récord inundaron edificios
Los rayos paralizaron las operaciones en el aeropuerto de Haneda, mientras que las inundaciones en las vías detuvieron los trenes.
En el puerto marítimo de Tokio, una repentina y fuerte ráfaga de viento volcó contenedores: un trabajador murió y otro resultó herido. Los meteorólogos clasificaron esta ráfaga como una microexplosión. Este tipo de fenómenos se están produciendo con cada vez más frecuencia en todo el mundo.
En la tarde del 13 de septiembre, Pekín se vio afectada por una potente tormenta convectiva que arrasó la mayor parte de la ciudad: fuertes vientos, truenos y relámpagos acompañados de intensas lluvias y granizo repentino. Los distritos afectados fueron Fangshan, Chaoyang, Shijingshan, Daxing, Tongzhou, Dongcheng, Haidian y Xicheng.
La mayor intensidad de lluvia se registró en el distrito de Tongzhou, donde cayeron 34,3 mm en una hora.
En algunos lugares, cayeron granizos del tamaño de pelotas de ping-pong, e incluso de huevos de gallina. Los coches quedaron abollados y en varios barrios cayó tanto granizo que se acumuló como si fueran montones de nieve.
Un fuerte granizo cubrió las calles de Pekín con una gruesa capa de hielo
Los residentes locales dijeron que nada parecido había ocurrido en al menos 40 años.
El desastre también interrumpió el sistema de transporte. Debido a los fuertes vientos y lluvias, un árbol cayó sobre las vías de una de las principales líneas de metro de la ciudad, lo que provocó la interrupción temporal del servicio.
Este mes de septiembre en Pekín ha sido anormalmente caluroso, lo que ha provocado una tormenta convectiva repentina, un fenómeno muy inusual para esta época del año.
El Instituto de Recursos Mundiales clasifica a Corea del Sur como un país con niveles de estrés hídrico entre medios y altos.
La paradoja es que las lluvias intensas solo empeoran el problema. Las sequías prolongadas secan la tierra y, durante las lluvias intensas, el agua no puede penetrar en el suelo, sino que se escurre hacia los ríos y los mares, sin reponer las aguas subterráneas. Como resultado, aumenta el riesgo de inundaciones, mientras que las fluctuaciones repentinas en los niveles de los embalses complican la gestión del agua.
Sequía histórica en Corea del Sur: el suelo se agrietó bajo el calor abrasador
En Gangneung, una ciudad situada en la costa oriental de Corea del Sur, en la provincia de Gangwon, se ha producido la peor sequía de la historia.
El 12 de septiembre, los niveles de agua en el embalse de Obong, que abastece aproximadamente el 87 % de las necesidades de la ciudad, descendieron hasta solo el 11.5 % de su capacidad, casi alcanzando el nivel mínimo, el más bajo jamás registrado en la ciudad.
Incluso después de las fuertes lluvias del 12 de septiembre, que trajeron más de 100 mm de precipitación, el embalse solo subió al 16 %, suficiente para unos 10 días de suministro.
Las autoridades se vieron obligadas a introducir un estricto racionamiento de suministro del agua, los hogares solo recibían agua durante dos horas al día, una hora por la mañana y otra por la tarde.
Se declaró el estado de emergencia en la ciudad, el primero en la historia del país que no se debió a un incendio o una inundación, sino a la sequía.
Los agricultores perdieron sus cosechas, los negocios se vieron afectados y la vida cotidiana quedó paralizada. Los residentes admitieron que nunca habían vivido algo así: era imposible lavarse, lavar ropa o ducharse. La vida se convirtió en una lucha por acceder al recurso más básico.
La escasez de agua en Gangneung requirió la movilización de 71 camiones de bomberos y 141 camiones cisterna militares de toda Corea del Sur. La situación se agravó tanto que incluso se envió a la zona el buque Dokdo de la Guardia Costera.
Para abastecer a los residentes, se entregaron 8 millones de botellas de agua potable a la ciudad.
Tras las lluvias, el racionamiento del suministro de agua se relajó ligeramente a 6 horas al día, pero essolo de una medida temporal.
El embalse seco de Obong en Gangneung: los niveles de agua cayeron a un mínimo histórico, provincia de Gangwon, Corea del Sur
En esencia, el problema sigue sin resolverse: los meteorólogos pronostican que la sequía continuará y los residentes viven con la conciencia de que el agua puede agotarse en cualquier momento.
El 13 de septiembre, Kamchatka experimentó un fuerte aumento de la actividad sísmica. En un solo día, los científicos registraron 62 terremotos de magnitud 3,5 y superior, 8 de los cuales fueron percibidos por los residentes locales.
El terremoto más fuerte de magnitud 7.4, se produjo a las 14:37 frente a la costa oriental de la península, a 122 km de Petropávlovsk-Kamchatski. Se convirtió en una de las réplicas más potentes del megaterremoto de julio (M8.8). El hipocentro se situó a una profundidad de unos 47 km.
Se emitió brevemente una alerta de tsunami, pero no se produjo ninguna ola grande.
Para aquellos que tuvieron miedo de regresar a sus hogares, se ha reabierto un refugio temporal en Petropávlovsk-Kamchatski.
En los días siguientes, continuaron los fuertes temblores con magnitudes de hasta 5.9.
En medio de los terremotos, la actividad volcánica también se intensificó: se observaron signos de activación en los volcanes Kambalny, Bezymianny, Shiveluch, Klyuchevskoy, Karymsky y Krasheninnikov.
El volcán Shiveluch, en Kamchatka, entró en erupción y lanzó cenizas a una altura de hasta 5 km, Rusia
Y aunque los sismólogos creían que la réplica de magnitud 7.4 había sido la más fuerte y que la actividad sísmica ahora disminuiría, se equivocaron. La naturaleza asestó un nuevo golpe aún más poderoso.
La mañana del 19 de septiembre en Kamchatka comenzó con pánico: a las 06:58 hora local, un terremoto de magnitud 7.8 golpeó en el océano Pacífico, a unos 143 km de Petropávlovsk-Kamchatski. El hipocentro se encontraba a una profundidad de 48 km.
Un potente terremoto de magnitud 7.8 sacudió el océano Pacífico, cerca de la península de Kamchatka
Testigos presenciales informaron de que los edificios temblaron violentamente, el yeso se desmoronó y las baldosas se agrietaron. La gente salió corriendo a la calle en ropa de casa.
Aparecieron grietas en algunas casas de Petropávlovsk-Kamchatski; en el aeropuerto de Yelizovo, la gente se refugió cerca de las columnas por miedo a los derrumbes. Varios vuelos fueron cancelados y retrasados debido a las sacudidas.
Durante las siguientes 24 horas, se registraron más de 50 réplicas de magnitud 3.5 o superior en la región, y más de la mitad de ellas superaron la magnitud 5.0.
Según el director del Servicio Geofísico Unificado de la Academia Rusa de Ciencias, la situación no encaja en ningún modelo científico conocido que describa la propagación de réplicas.
Sin embargo, lo que está sucediendo en Kamchatka forma parte de un proceso natural a una escala mucho mayor, lo que confirma claramente el modelo científico desarrollado por los investigadores del Movimiento Internacional ALLATRA.
No se trata solo de la creciente tensión entre dos placas tectónicas, sino del impacto colosal de la pluma de magma siberiana, una corriente abrasadora de magma cuya zona de influencia es comparable al tamaño de Australia. La presión de la columna se extiende mucho más allá de Siberia y puede provocar potentes terremotos a miles de kilómetros de distancia.
Este proceso puede compararse con la acción de un pistón hidráulico gigante: el magma empuja hacia arriba contra la litosfera. Pero la plataforma siberiana es una estructura antigua, rígida y monolítica, que no se dobla ni se rompe por el centro, sino que transfiere la tensión hacia los bordes de la placa euroasiática. Allí, en las zonas de colisión con otras placas, la tensión se acumula y se manifiesta en forma de los denominados «efectos de borde».
En otras palabras, la influencia de la pluma no se manifiesta en forma de deformaciones locales repentinas de la corteza terrestre, sino más bien como un levantamiento lento y uniforme de todo el bloque siberiano, que incluye la placa siberiana occidental, el cratón siberiano oriental y el sistema de pliegues de Verkhoyansk-Chukotka.
Es precisamente este proceso a gran escala, pero relativamente lento, el que genera una tensión colosal a lo largo de los bordes del bloque continental, donde se producen los procesos geodinámicos más intensos.
Por eso, la serie de potentes terremotos en Kamchatka no es una verdadera liberación, sino simplemente una descarga temporal de presión a través de una de las «válvulas». El sistema en su conjunto sigue acumulando tensión, lo que indica el inicio de una nueva fase más intensa de cambios geodinámicos en el planeta.
Y ahora la humanidad debe elegir: continuar por el camino habitual de la complacencia, la negación y el ignorar los hechos, o tomar el camino de aceptar la incómoda verdad y actuar de manera inmediata y coordinada.
¡La elección depende de cada uno de nosotros!
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